EOI, II Sesión Sociedad Creativa: medio ambiente y sostenibilidad

16 11 2012

Esta tarde (jueves 15 de noviembre) he estado en la EOI, Campus de Madrid, asistiendo a la II Sesión del programa Sociedad Creativa, que abarca ocho sesiones desarrolladas en formato de mesa redonda para tratar los temas más novedosos y atractivos de la actualidad social y cultural y su impacto en la economía y la empresa. La sesión de esta tarde (la segunda) tenía por título Medio Ambiente y Sostenibilidad.

Como consecuencia del crecimiento exponencial de la población mundial y el paulatino acceso de cada vez más amplias capas de ésta a los niveles de bienestar y consumo propios de los llamados países desarrollados, se ha puesto de relieve con mayor claridad, si cabe, la imposibilidad de que un modelo de desarrollo basado en la utilización intensiva de los recursos naturales sea capaz no sólo de ampliar esos niveles de confort al resto del planeta, sino mantener lo conseguido hasta ahora.

Se hace, por ello, urgente, poner en marcha toda nuestra inteligencia y sentido común para, cuanto antes, dar relevo a un modelo que nos ha permitido alcanzar cotas de prosperidad notables pero que a su vez se ha revelado como limitado e insaciable en la utilización de los recursos.

Este nuevo enfoque debe ser global y tener en cuenta, por supuesto, las variables ambientales, pero también las sociales y económicas y, todas ellas consideradas al abrigo de la innovación. No debería bastar con replantearse el modo de obtener una energía más o menos abundante y relativamente barata para alimentar nuevamente el motor de la economía y que todo siga igual. Debemos aprovechar la ocasión para que esa energía sea limpia y eficiente. Plantearnos también otros retos como: el acceso al agua y su uso eficiente, qué tipo de movilidad necesitamos o qué ciudades y pueblos queremos. Tampoco debemos olvidarnos de la conservación de la biodiversidad o la lucha contra todo tipo de contaminación, por supuesto la atmosférica, la del agua, o la del suelo, pero, además, la lumínica, acústica o por los olores.

Los 3 párrafos precedentes no son de nuestra cuña, sino tomados del anuncio del evento en la página web de EOI. Pintaba muy bien la sesión, a tenor de esta estupenda declaración de intenciones. Los intervinientes, además, eran personas de reconocido prestigio y altura profesional. A continuación os dejamos el programa:

  • Sonia Castañeda (Directora de la Fundación Biodiversidad). Título de su intervención: Biodiversidad, motor de la economía y base del bienestar social.
  • Pilar Gómez Fabra (Directora de Recursos Humanos y Servicios Generales de Acciona Agua). Título intervención: La sostenibilidad aplicada a las políticas de RRHH. 
  • Francisco Díaz Pineda (Catedrático de Ecología de la Universidad Complutense de Madrid). Título intervención: Economía verde para el crecimiento.
  • Susana Magro Andrade (Directora General de la Oficina Española de Cambio Climático). Título intervención: Ciudades tras la era del carbono.

Tras la introducción y las presentaciones pertinentes, por parte del presentador/moderador de la EOI, tomó la palabra en primer lugar Sonia Castañeda, quien ha realizado una fantástica intervención, dinámica y amena sin perder en ningún momento rigor técnico. Incluso por momentos ha resultado muy emotiva, como cuando nos tocó la vena sensible a todos los presentes con sus reflexiones sobre las abejas, por ejemplo, o en general cuando nos preguntó qué pasaría si algún día la naturaleza se nos presentara ante nosotros con una factura a cobrar por todo lo que hace por nosotros a diario. Efectivamente, muchos ya los habéis adivinado, Sonia nos ha hablado de los servicios ecosistémicos que nos presta (gratis) la naturaleza, y de las múltiples funciones que tiene la biodioversidad: reservorio de recursos naturales, medicinas para nuestra salud, prevención de inundaciones y riadas, conservación del suelo, pérdida de erosión, beneficios económicos, explotaciones agropecuarias, y así con todo en realidad. El capital natural, nos ha explicado, es la base de todo. Sin vida no hay sociedad ni hay economía, nos ha enfatizado. Hay una crisis de biodiversidad, fruto de la cual tenemos la crisis económica que padecemos, y no al revés. Su hilo argumental parecía que iba a apuntar a una impugnación de la idea de crecimiento económico en un mundo que es finito en términos físicos, pero esto quedó para luego, para el debate, como más tarde veremos.

Tomó la palabra a continuación Pilar Gómez, de Acciona Agua, quien ha centrado su intervención en la pata social de la sostenibilidad y en el modo en que su empresa está aplicando los principios y metas de sostenibilidad y responsabilidad social. Habló de un sistema de bonificación variable a directivos y mostró un vídeo en el que se presentaba el Plan de Sostenibilidad de la empresa. Y de la importancia de conjugar las 3 dimensiones de la sostenibilidad: la social, la ambiental y la económica. Sin embargo, hablaba de compatibilizar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente, y aquí discrepamos, pues más bien deberíamos hablar de desarrollo económico, entendido como una mejora cualitativa, no cuantitativa, y no de crecimiento económico en términos físicos, pues el mundo físico en el que nos desenvolvemos es finito. Se trata de dar con la fórmula que nos permita cierta calidad de vida, cierta prosperidad, pero sin crecimiento.

Francisco Díaz Pineda le ha tomado el relevo con una extraordinaria intervención (no somos objetivos, pues el que redacta estas líneas es biólogo, – conocí a Paco en mis años de estudiante en la Facultad de Biología de Sevilla, hace ya unos 10 o 12 años) en la que nos ilustró con datos de los flujos de energía exosomática que cada uno de nosotros acapara en un día normal (200.000 kcal por persona y día, en un norteamericano medio. Entre 100.000 y 150.000 en el caso del común de nosotros). Es el uso de esta energía ajena a nuestro metabolismo, y que empleamos en funciones sociales, lo que verdaderamente nos distingue como especie. Recordemos que la energía endosomática, la que necesitamos de forma imprescindible para sobrevivir, es de 2.000 kcal por persona y día. Imprescindible el clásico «Energía y Equidad», de Ivan Illich, para poder abordar esta problemática en toda su complejidad.

Paco repasó la trascendental repercusión que este consumo tiene en un escenario de crecimiento demográfico brutal como el que llevamos viviendo en el último par de siglos. Acrecentado por una importante urbanización del mundo y una expansión de la demanda de transporte a grandes distancias. Nos comentó también que, llamativamente, la superficie agrícola en el mundo no había crecido prácticamente durante el siglo XX, a pesar del extraordinario crecimiento demográfico en este periodo. Y que hay, en la actualidad, más superficie protegida como espacio natural que superficie sometida a la producción agrícola. Sin embargo, hay gente que aún hoy muere de hambre. No es un problema de falta de producción, nos remarca, sino de logística de transporte. Conectividad ecológica, en la jerga de la ciencia ecológica.

La última persona en intervenir era la proveniente de la Oficina Española de Cambio Climático. Ha venido un hombre, cuyo nombre no recuerdo, en sustitución de la anunciada directora general. Nos ha comentado las distintas actuaciones que están llevando a cabo, tanto de mitigación como de adaptación, para poner coto al cambio climático. Reconoce que un aumento de 2º C hacia finales de siglo es ya inevitable (aunque todos parásemos todos los consumos energéticos en este mismo instante), y que la batalla se dirime ahora porque no sean más, y es que de seguir la tendencia como hasta ahora podríamos alcanzar perfectamente los 3º e incluso los 4º C. Esto último sería sencillamente catastrófico para la humanidad, no en el sentido de que desaparezcamos, sino de que sería inviable la forma de organización de la que disfrutamos en la actualidad.

A continuación empezamos el coloquio y el turno de preguntas con los asistentes. Bastantes manos levantadas entre los alumnos de la EOI, lo cual corrobora el interés despertado y la pertinencia de organizar actos como este. Cómo no, resurge el debate, que ya se entreveía al inicio, sobre el crecimiento económico y la sostenibilidad medioambiental. Aparecen varios puntos de vista, según adscripciones a las corrientes de la economía ambiental o la economía ecológica, o lo que es más o menos lo mismo, según estemos de acuerdo o no en que el «medio ambiente», tan complejo, transversal y abstracto, se pueda valorar monetariamente. La economía ambiental sostiene que sí se puede, y tratar de trasladar el aparato conceptual y los instrumentos de la ciencia económica al análisis ambiental, como si fuera una entidad vecina a ella aunque separada. La economía ecológica rechaza de plano esta postura, pues no cabe una economía «al margen» del medio ambiente. Esto es muy largo y complejo de desarrollar en este post. Hay múltiple bibliografía especializada sobre este tema, tan apasionante. Hace unos meses, nosotros mismos compusimos un post que aunque no versaba exactamente sobre esto, sí que tenía bastantes elementos comunes y que os pueden ser de utilidad para abundar estas cuestiones. Podéis consultarlo en este enlace. Por cierto, el post aporta bastantes hipervínculos a bibliografía especializada.

Sonia intervino para aclarar que la base de todo es el capital natural, y que la clásica separación de 3 esferas distintas (sociedad, economía y medio ambiente) en la que la franja intermedia donde estas esferas se encontraban era el «desarrollo sostenible», debía ser superada para pasar a una pirámide con una base, el medio ambiente (capital natural) sobre el que se asienta una sociedad y una economía, pues no cabe una economía al margen de una sociedad ni una sociedad al margen de medio ambiente. Estamos totalmente de acuerdos con esta visión. Es justo la de la economía ecológica. Ello implica reconocer la existencia de límites al crecimiento económico en términos físicos. Nosotros no lo solemos representar como una pirámide, sino como 3 círculos contenidos unos dentro de otros.

Paco intervino a continuación para comentar que el problema de fondo es que no tenemos un sustitutivo a las monedas en la naturaleza. Un euro vale igual, lo tenga en este preciso momento el lector, o lo tenga, unos segundos después, el que escribe estas líneas. No sucede lo mismo en la naturaleza. Hay pérdidas en las transferencias de energía y materiales. Opera la termodinámica, y muy singularmente el principio de incremento de la entropía. Parece que esto es un argumento más para desconfiar de la posibilidad de valorar monetariamente el medio ambiente.

Paco finalizó su intervención con una defensa de los paisajes, de la cultura rural, cuando fue preguntado por su opinión sobre la dualidad rural-urbano, en la que todo apunta que lo rural ha perdido la batalla y está al servicio de lo urbano. Intervinieron también Pilar de Acciona Agua y la persona de la Oficina de Cambio Climático. Hubo consenso en que la lucha contra el cambio climático también mejora el medio rural, fija población y vertebra territorialmente.

Creo que hubo alguna intervención más, pero es difícil retenerlo todo y componer un post tan detallado. Lo dejamos aquí. El presentador/moderador realizó un repaso a las principales conclusiones de la sesión, y dimos por finalizado el encuentro.

Mi valoración personal es muy positiva. Ha sido un verdadero placer haber asistido al acto y haber aprendido tanto de estos excelentes profesionales. Agradecemos muy sinceramente a la EOI la organización desinteresada de estos eventos de divulgación ambiental, abiertos al público, tan necesarios hoy día. ¡Nos veremos en el siguiente! Ojalá haya alguno sobre movilidad sostenible, mi tema predilecto!

¡Buenas noches a tod@s, me voy a la cama que se me han hecho las tantas escribiendo el post!

Luis (@luismorcar ; @Emprendae). Visita nuestra web: www.emprendae.es